Qué es la Kombucha: propiedades y beneficio
La kombucha es una bebida no alcohólica fermentada que se prepara a base de té. La fermentación de esta bebida se logra a través de lo que se conoce como SCOBY, un cultivo de bacterias y levaduras, además del hongo de kombucha. Es, precisamente, la fermentación la que permite que el té se transforme en una bebida con una gran cantidad de vitaminas, minerales y ácidos orgánicos esenciales.
Los orígenes de la Kombucha
Ya se tiene constancia del consumo de kombucha desde hace más de 2.000 años en China. Por aquel entonces, se aprovechaban sus propiedades estimulantes y curativas. Sin embargo, también era una bebida que se solía tomar por su excelente sabor. De hecho, se habla de la kombucha como una tradición milenaria.
Los primeros consumidores de Kombucha fueron los chinos. Pero, muy pronto, desde allí se fue extendiendo por Japón, Rusia y Europa bajo el nombre de hongo de la inmortalidad debido a sus múltiples propiedades beneficiosas.
Con el paso de los siglos, la Kombucha se asentó más en Europa y en América. Llegó al Viejo Continente a principios del siglo XX. Una bebida que siguió realizándose a partir de la fermentación del té y que tiene un sabor dulce y ácido.
Composición de la kombucha
La kombucha está compuesta por una serie de elementos beneficiosos para el organismo Vitaminas: B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, C, D, E y K.
- Enzimas.
- Ácidos orgánicos esenciales.
- Minerales: hierro, potasio, zinc, manganeso, cobre, calcio, magnesio.
- Levaduras y polisacáridos.
Propiedades y beneficios de la Kombucha
Las propiedades y beneficios de la Kombucha son múltiples. Los más conocidos y populares son los siguientes.
Propiedades antioxidantes
La Kombucha es una bebida rica en polifenoles. Estos compuestos cumplen en el organismo una función antioxidante y poseen efectos vasodilatadores y antiinflamatorios. Además, son perfectos para combatir la diabetes y la obesidad. Por tanto, si acompañas la kombucha con una dieta sana y equilibrada, estarás limpiando el organismo para sentirte mucho mejor.
Propiedades hidratantes
Se caracteriza por ser una bebida rica en agua, vitaminas y minerales. Todos estos componentes ayudan a hidratar el organismo de una forma muy saludable. Además, al poder disponer de té kombucha de diferentes sabores, la ingesta resulta mucho más sana y agradable que si solo se bebe agua u otras bebidas con una mayor cantidad de azúcares y aditivos.
Propiedades antibacterianas
La fermentación de la kombucha produce ácido acético. Esta sustancia es capaz de combatir y eliminar diferentes bacterias y microorganismos que se hallan en el organismo. Para obtener los mejores resultados, lo ideal es hacer la kombucha con té negro o té verde y así disfrutar de todas sus propiedades antibacterianas.
Propiedades digestivas
Provoca efectos positivos sobre las bacterias beneficiosas que refuerzan la microbiota intestinal. Además, los ácidos orgánicos que contiene y los probióticos permiten que se pueda equilibrar y regular más fácilmente la flora intestinal. Una bebida que combate el estreñimiento y los problemas asociados con este trastorno.
Reduce el colesterol
Es una bebida que puede reducir los marcadores del colesterol malo (LDL) y aumentar los niveles del colesterol bueno (HDL). Si se realiza con té verde, se reducen los riesgos de sufrir un problema o una enfermedad cardiovascular con el tiempo. Por tanto, es una beneficiosa para el corazón y la circulación sanguínea.
Beneficiosa para el hígado y los riñones
La kombucha es una de las bebidas más beneficiosas para el hígado y los riñones. De hecho, estimula las enzimas hepáticas para eliminar más fácilmente los compuestos tóxicos. Por otro lado, es una bebida que mejora el metabolismo de los azúcares y el funcionamiento general de los riñones.
Refuerza el sistema inmunológico
Las bacterias y levaduras que contiene la kombucha ayudan a reforzar el sistema inmunológico ante la presencia de posibles infecciones.
Baja en calorías
Es una de las bebidas más saludables en la actualidad. Apenas contiene 30 calorías por cada 100 mililitros. No obstante, la cantidad dependerá del sabor que se le añada. Por tanto, resulta ideal para refrescarse de forma sana.
La kombucha es una bebida fermentada a partir del té. Su método de elaboración es muy parecido al del yogur casero, pero en vez de usar leche se emplea el té como ingrediente principal. De origen chino, es una bebida muy beneficiosa para el organismo, siempre y cuando se tome de forma adecuada. Sus propiedades antioxidantes, digestivas, hidratantes y antibacterianas se hallan entre las más conocidas y populares.
Su fermentación es completamente inocua porque se utiliza un SCOBY
(symbiotic cultivo de bacteria y levadura que es una especie de capita blanca que aporta las levaduras y bacterias necesarias para que quede perfecta y no entren partículas tóxicas al líquido.
Es algo ácida, pero una kombucha bien hecha se diferencia de las demás por tener un final dulce y estar equilibrada entre el sabor del té, el ácido y el azúcar
Una kombucha pasa por dos procesos de fermentación. El primero sucede liberando el CO2 producido por las levaduras y el segundo se debe hacer en una botella cerrada para que se haga gaseosa.
Esta bebida es capaz de absorber sabores y aromas, por lo que puedes agregar frutas, especias y hierbas de olor para hacerla más rica.
HACER KOMBUCHA EN CASA
Para hacer kombucha necesitas sólo cuatro ingredientes: agua, té, azúcar y SCOBY. Los primeros tres son muy fáciles de conseguir; sin embargo, el cultivo de bacterias y levaduras lleva su propio procedimiento.
Es importante entender cómo se hace para que sepas cómo se obtienen los beneficios de esta bebida y se mantienen los antioxidantes y vitaminas del té.
Debes tener claro que para obtener SCOBY hecho desde cero deben pasar aproximadamente dos semanas.
Primero que nada debes comprar kombucha comercial y guardar el último chorrito, sí, ese que tiene impurezas. Ese sedimento son el resto de las levaduras que servirán para construir el SCOBY nuevo.
Infusiona 4 cucharadas de té verde o negro en un litro de agua y agrega una cucharada de azúcar. Una vez que esté frío, agrega el chorrito de kombucha.
Colócalo en una botella y tápala con una servilleta o filtro de forma que el oxígeno pueda entrar y el dióxido de carbono, salir. Déjala en un lugar seco y espera dos semanas hasta que veas que una capa gruesa y blanca se formó en la parte superior. ¡¡Ese es el SCOBY!!
Importante: debes mantenerlo en agua para que no se seque y las levaduras puedan sobrevivir
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